miércoles, 14 de abril de 2010

SANTOS – MOCKUS. MUY DIFERENTES

Por Humberto Tobón y Tobón

Cuán diferentes son las duplas Santos – Garzón y Mockus – Fajardo. La primera representa un discurso continuista en favor de la confrontación interna, la salida militar del conflicto, el recorte de libertades, la disminución de la inversión social, el privilegio creciente de los sectores más ricos de la población y el comportamiento belicista contra los países vecinos. La segunda dupla, dice que centrará gran parte de sus esfuerzos en construir un país más equitativo, más justo, más inteligente y más competitivo y que apelará a la fuerza del Estado para proteger la seguridad interna, pero respetando la legalidad.

Son dos discursos muy distintos. Uno maquilla el pasado y el otro nos pone de cara al futuro. Uno representa la continuidad de una política que fracasó en casi todos los frentes, a pesar del gran apoyo popular; el otro se posa en el bienestar, en el respeto y en la apertura de posibilidades para construir un futuro más próspero.

La personalidad de los candidatos también es diametralmente distinta. La primera dupla está constituida por unos expertos saltimbanquis, carentes de principios ideológicos y dispuestos a la traición y la deslealtad con el fin de conseguir sus objetivos. La segunda dupla la conforman soñadores, que piensan que la vida y los recursos públicos son sagrados, que no concertan con la politiquería tradicional y en ocasiones parecen tan utópicos en sus mensajes, que son descalificados por un sector de la sociedad que no alcanza a comprender la complejidad de sus argumentos.

Las recientes encuestas demuestran que Santos ha llegado a un techo momentáneo de intención de voto, que crecerá con la reacción desesperada de la derecha, que prefiere dejar las cosas como están y proteger sus intereses de clase. Mockus, por su lado, viene creciendo como la espuma, empujado por una reacción ciudadana que aspira a construir un futuro más promisorio para sus hijos, no en medio de los fusiles y el baño de sangre, sino en los colegios y universidades, en los laboratorios y en medio de la ciencia y la tecnología.

Santos está rodeado de un grupo de gentes que se ha encargado de dilapidar y apropiarse de los recursos del Estado, que defienden al viejo país, que quieren mandar a los pobres a la guerra para que defiendan sus intereses, que auspician el miedo como estrategia política y que son los responsables de las increíbles cifras de desequilibrio, pobreza y miseria que acaba de publicar el mismo gobierno y que prevalecen en todos los rincones de Colombia.

Mockus está siendo apoyado por una masa creciente de jóvenes que desde los colegios, las universidades y los barrios crean con entusiasmo redes sociales para difundir el pensamiento esperanzador del Partido Verde. A él empezaron a rodearlo organizaciones sociales, socialdemócratas, trabajadores, artistas, escritores, pequeños empresarios, amas de casa y campesinos, que vislumbran en su propuesta una Colombia que sí tendrá oportunidad de marchar hacia la modernidad.

Los colombianos tenemos, como en muy escasas ocasiones en nuestra historia contemporánea, la posibilidad de escoger entre dos propuestas realmente distintas, no sólo por su contenido, sino por las personas que las defienden.

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